“A algunas personas con Autismo les cuesta socializar principalmente, entonces lo que tienen de menos es la socialización, por lo cual la única ayuda que necesitan es la comprensión de lo difícil que le son algunos tópicos”. Así de simple, Camilo, a sus 18 años, describe lo que es para él el Trastorno del Espectro Autista (TEA), con el que fue diagnosticado hace 5 años.
A su juicio, “en la vida hay gente a la que le puede costar más cosas que a otras. Imagínate una persona que no tiene pies, pero tiene prótesis, a esta persona no la vas a hacer correr 20 kilómetros de una, le vas a enseñar a hacerlo poco a poco. Lo vas a tratar igual que a otra persona, pero con esa dificultad agregada. Sigue siendo un ser humano, pero con una dificultad”.
En el Día Mundial de Concientización sobre el Espectro Autista, que se conmemora cada 2 de abril, las palabras de Camilo cobran más fuerza, sobre todo cuando reconoce que su periodo más difícil fue en el colegio en el que estuvo hasta los 13 años, antes del diagnóstico médico. “Siempre fui tratado de una manera distinta, con una falta de respeto, siempre era el “rarito”, el tonto, al que le costaba todo, y por culpa de eso me deprimí mucho. Cuando me diagnosticaron con Autismo yo ya podía decir, saben que a mí me cuesta esto, no necesito ayuda, pero necesito que me entiendan y que puedan comprender que no es tan fácil para mí”.
Según explica el Psiquiatra Infantil del Hospital Puerto Montt, Pablo Riquelme, el Autismo “es una forma de ser, por eso es tan importante que como sociedad avancemos en la inclusión”, aun cuando destaca que las investigaciones han ido avanzando en torno a que los factores ambientales están siendo determinantes que predominan a la hora de desarrollar TEA. “Lo que ocurre en los últimos meses del embarazo y el primer año de vida, es un determinante, porque puede propiciar conductas asociadas al TEA”.
Respecto de la detección, la directora del Centros Comunitarios de Salud Mental (COSAM) Reloncaví, Psiquiatra Infanto Juvenil Patricia Zúñiga, dijo que es fundamental la observación que se haga, tanto en el entorno familiar, como en los controles pediátricos y en los colegios. “En el control del niño sano se realizan encuestas que nos permiten saber cuáles pacientes son más riesgosos de tener TEA. Cuando el niño no tiene lenguaje, o tiene retraso en el lenguaje, inmediatamente es un indicador, así como no mirar a los ojos, poco contacto visual”, sostuvo.
Sobre la derivación, la profesional explicó que en el Control de Niño Sano se hace la derivación a Psicólogo, siendo los equipos de salud mental de la Atención Primaria de Salud (APS) los que presentan los casos en las consultorías que se realizan a los COSAM, instancia que funciona bajo la administración de los Servicios de Salud, y que entregan la atención integral, con equipos multisectoriales.
En los COSAM pertenecientes al Servicio de Salud Del Reloncaví, destaca el trabajo que realizan los terapeutas ocupacionales en salud mental, quienes ejecutan su labor apoyados por la sala de estimulación del Programa Chile Crece Contigo, específicamente en territorios donde existe la necesidad de mayor atención y también en coordinación con Sename.