Violencia en Avellaneda empañó el duelo entre la U y el Rojo

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La violencia en Avellaneda marcó uno de los episodios más graves de los últimos años en el fútbol sudamericano. El 21 de agosto de 2025, el duelo entre Independiente y Universidad de Chile por los octavos de final de la Copa Sudamericana debió suspenderse en el minuto 48, tras una serie de enfrentamientos en las tribunas que escalaron a niveles críticos. Hinchas de ambos equipos protagonizaron disturbios con objetos contundentes y fuego, lo que hizo imposible garantizar la seguridad mínima para continuar el partido.

El saldo preliminar es preocupante: más de un centenar de detenidos y decenas de lesionados, incluyendo un hincha en estado crítico, intubado tras un traumatismo craneal. Otros permanecen hospitalizados en Avellaneda, bajo observación médica en recintos como el Hospital Fiorito, el Presidente Perón y el Hospital de Wilde.

El impacto trascendió lo deportivo. El Gobierno de Chile calificó lo ocurrido como “inaceptable” y envió al ministro del Interior a Argentina para acompañar a la delegación nacional y prestar apoyo a las personas afectadas. En paralelo, la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) anunció que aplicará con rigor su reglamento disciplinario, mientras recopila antecedentes para definir sanciones tanto a los clubes como a sus hinchadas.

Pese a la magnitud de los hechos, aún existen interrogantes abiertas: no se cuenta con un número definitivo de heridos, ni con el detalle de sus diagnósticos. Tampoco se han definido las responsabilidades específicas sobre las fallas en los protocolos de seguridad ni las medidas inmediatas que se implementarán para prevenir que una tragedia similar vuelva a repetirse.

Más allá del desenlace en cancha, la crisis encendió señales de alerta sobre la seguridad en eventos deportivos internacionales. Lo ocurrido expuso la fragilidad de los sistemas de control y la necesidad de fortalecer la cooperación entre autoridades, clubes y organismos internacionales para resguardar la dignidad y la vida de quienes asisten a un estadio.

Este episodio no solo dejó un marcador inconcluso en la Copa Sudamericana, sino también un llamado urgente a replantear cómo el fútbol, como espectáculo masivo, puede garantizar ser un espacio seguro para la comunidad.

Fuentes consultadas • Gobierno de Chile (Presidencia y Ministerio del Interior) • Embajada de Chile en Argentina • CONMEBOL • Clubes Independiente y Universidad de Chile • Hospitales de Avellaneda (Hospital Fiorito, Presidente Perón, Wilde) • Autoridad de seguridad argentina (police local)

“Noticia en desarrollo: los antecedentes se encuentran en actualización”.

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