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Tras varios meses de rehabilitación, Pumalín y Liquiñe, dos cóndores rescatados, pudieron volar en libertad en su nuevo hogar. Este macho y hembra juveniles, fueron bautizados por los lugares en donde fueron encontrados con graves daños que les impedían volar.

Luego de ser tratados en la clínica veterinaria del Zoológico Nacional, y trasladados al Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces (CRAR), llegaron al Parque Nacional Patagonia en diciembre, donde estuvieron dos meses aclimatándose.

Este último proceso fue fundamental para que los cóndores pudieran familiarizarse con el territorio y estar listos para reinsertarse en el medio silvestre. La principal amenaza que enfrenta esta especie es la utilización de venenos en carcasas, un método que utilizan algunos ganaderos y campesinos para eliminar depredadores silvestres y perros domésticos y asilvestrados que generan daños en sus rebaños.

 Un evento de envenenamiento puede matar decenas de cóndores y causar un grave daño a la población. La caza con armas de fuego también es un problema, a pesar de que está totalmente prohibida por ley, además de los choques con líneas eléctricas mal emplazadas en cordillera y la ingesta de basura. Esta iniciativa, que busca fortalecer la conservación, la investigación y la educación de la especie es impulsada por Fundación MERI y Proyecto Manku desde hace tres años. Para esta liberación realizada en la Patagonia, se construyó una red colaborativa junto a Fundación Rewilding Chile, el legado de Tompkins Conservation, con el apoyo de SAG y CONAF.

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